El 2015 fue todo amarillo
Podría sonar apresurado, exitista, soberbio e incluso hasta mufa. Pero si hay que escoger un color para esta década de la APB sería, sin lugar a dudas, el amarillo. Los más reticentes ya no tienen argumentos para dar: este año fue, de vuelta, de Unión. Parece ser una sana costumbre del Vecinal brindar el 31 de diciembre con una copa más.
Este 2015 finaliza con dos nuevas: el Apertura y el Clausura, ganándole a todos a los que se les tenía que ganar. Atenas o Gimnasia, Sud América o la Universidad; todos los que fueron al “Miguel García”, se volvieron viéndonos festejar. Se corrió la cancha o se castigó de tres. Se jugó con mucha paciencia o se movió el banco para desgastar. No importa: lo innegociable fue la defensa y la garra que siempre apareció en el final. El perímetro tenía que ser un bastión, el rival no podía tirar sin amenaza de tapón. La pintura y el tablero fueron los tesoros a resguardar. Se construyeron enormes triunfos a pura piernas y cabeza, aún cuando el aire empezaba a faltar. ¿La pelota quedó suelta? Ahí te vi tirarte, dejando tu sudor en el parquet y el orgullo por el techo.
Si se animan, que vengan a calle 9, van a tener que sangrar. Los huevos y el «Miguel García» son un culto que no se van a dejar. Si no pueden los García, que aparezcan los Epifanio. Si Juany tiene que descansar, lo llamamos a Harri. Los triples van a venir de Fede o del rifle, no desesperen. Con el Koala y Bugui hay tranquilidad, con Fidel y Gonzalo empieza el frenetismo. Si se confunde el objetivo, el impulso va a llegar en el tiempo muerto, sin dudas. Nacho revoleará la canchita y repitirá que el partido no se puede escapar, no hace falta más.
El año fue duro, peleado, parejo. Por eso se trabajó. La fase regular siempre cuesta, tres partidos por semana parecen no dar tregua. Pero siempre, siempre, se va a mejor en los playoffs, cuando el verdadero hambre distingue a los basquetbolistas de los que la saben picar. Allí estarán ustedes, para mostrar que los hombres son del Vecinal. Ahí lo veremos, gritando a la par nuestra, que Unión otra vez, como en toda la década, volvió a colgarse las redes y a festejar.
Gentileza: Fernando Brovelli.
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